La historia de los náhuatl está
íntimamente relacionada con la del pueblo que los españoles reconocieron a su
llegada a México en 1519, los aztecas. Cuenta la leyenda que los náhuatl
provenían de un país mitológico llamado Aztlán, localizado en el Norte, y que
desde ese lugar, hacia el año 1168, se dirigieron al lago Texcoco, en el valle
de México y allí se establecieron, fundando la ciudad de Tenochtitlán. Según
sus creencias, su deidad suprema, Huitzilopochtli, les indicó el lugar preciso
donde fundar su nuevo hogar: en un islote en medio del lago Texcoco verían un
águila devorando una serpiente sobre un nopal. La travesía desde Aztlán hasta
México les llevó por varios lugares y les tomó muchos años, puesto que recién
en el 1325, la capital de su imperio sería fundada. Naturalmente, en Texcoco no
tenían nada, y cuanto necesitaban tenían que cambiarlo a los vecinos por peces,
ranas, patos y otros productos lacustres. Muchos cuentos se manejan acerca de
los modestos y difíciles inicios del pueblo azteca, como por ejemplo, su dieta
basada en serpientes venenosas y chapulines. Los mexicas permanecían
subordinados a los tepanecas de Azcapotzalco, que, a su vez, eran enemigos de
los chichimecas de Texcoco, y, aunque guerrearon contra éstos, al ser tributarios
de aquéllos, consideraron más político formar alianzas. De esta manera, unidos
chichimecas y mexicas, derrotaron a los tapanecas. Tras esta victoria, se
consolidó la Triple Alianza formada por Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopán, que
significó el comienzo de una guerra de conquista del territorio y, con
el tiempo, la supremacía de la ciudad de los aztecas.
El tlatoani
Itzcóatl era el líder de dicha coalición pues era especialista del poder y
representante del cielo, que reinó desde 1426. Éste realizó muchas conquistas
(Cuernavaca), urbanizó la ciudad, hizo caminos para unirla a tierra firme,
comenzó a edificar templos, y construcciones cívicas, organizó el gobierno y
creó una jerarquía religiosa. Su sucesor fue Moctezuma I Ilhuicamina, quien
llevó la guerra fuera del valle de México a las actuales Puebla, Veracruz,
Morelos y Guerrero; en cuanto a la organización interior, levantó diques en la
laguna y el acueducto de agua potable de Chapultepec. Su sucesor, Axayacatl,
prosiguió la expansión hacia el valle de Toluca, fracasó en la campaña contra
los tarascos y conquistó Tlatelolco, con su gran importancia comercial. Después
de los reinados de los tlatoani Tizoc
y Ahuitzotl, llega al poder Moctezuma II Xocoyotzin, en cuyo período de
agitación política, proclive a las rebeliones, fue cuando arribaron los
españoles desde Cuba. Los tlatoani
Cuitláhuac y Cuauhtémoc serían los responsables de la lucha contra el invasor.
La economía mexica
La economía se basaba en el cultivo de la
tierra, la cual estaba repartida en tres grupos: el famoso calpulli, que dividió sus lotes cultivables entre las familias y
que no eran bienes alienables; la propiedad privada, en manos de los pipiltin o nobles, que la habían
conseguido por sus servicios al Estado; y los guerreros distinguidos, quienes
eran premiados con las tierras conquistadas y que podían heredar. En caso de no
haber descendencia al momento en que su propietario falleciera, la propiedad volvía
al Estado. Los aztecas cultivaban en chinampas, los jardines colgantes que los
españoles creyeron ver, y la agricultura comprendía el maíz, los frijoles,
calabazas y chile, además de verduras, hortalizas, tubérculos y frutales. Otros
productos vegetales fueron el cacao (como bebida y como medio de intercambio),
el algodón, los hongos alucinógenos, el nopal y el maguey. Como vivían en medio
del lago, los mexicas cultivaban en las fértiles chinampas, granjas lacustres
construidas sobre plantas acuáticas y fango acumulados, fijados por cañas y
estacas. En las zonas altas, hubo cultivos de regadío bien por medio de
acequias, bien a cántaros; en las zonas bajas predominó la técnica de rozas o
milpas. Como lo fue en el caso maya, la pesca y la caza también siguieron
siendo practicadas por los mexicas (venados, aves lacustres, chapulines),
quienes también domesticaron perros, pavos y abejas.
Sociedad
El calpulli
constituía las comunidades que estructuraban la población, era una entidad
independiente a la que pertenecían las familias con un antepasado común y que
habitaban un mismo distrito. La familia era la unidad de producción dentro del
grupo comunitario. Cada calpulli
solía tener tierras, aunque también hubo calpullis
sin territorialidad. La familia ocupaba una parcela inalienable del calpullalli o conjunto de tierras, y
todos sus integrantes las trabajaban, sin embargo, con la expansión territorial
de Tenochtitlán, hubo una complejidad socioeconómica, que supuso una
especialización en ramos de la producción, surgiendo calpullis de cazadores de aves lacustres, pescadores, de artesanos
y hasta de comerciantes. Por su parte, cada entidad tenía su deidad, sus
templos y sus centros de educación, y los guerreros formaban unidades completas
en la batalla y poseían sus propias insignias. Estas entidades estaban
vinculadas al Estado a través del calpullec
o Hermano Mayor, quien era asesorado por un consejo de ancianos, y que tenía
entre sus obligaciones la distribución, el control de las tierras y demás
asuntos económicos. Cada calpulli
tributaba, organizaba las obras públicas de la ciudad y suministraba efectivos
militares.
En el principio, la sociedad azteca era
bastante igualitaria, pero con el devenir histórico mexica, se forman estratos
sociales bien diferenciados. Junto con el emperador, estaban los pipiltin o clase dirigente, que llevaba
la dirección del edificio social. Le seguían inmediatamente después los macehualtin, el pueblo en sí que
trabajaba en la agricultura y en oficios como la artesanía, la oficialidad, la
administración pública. Los pochtecas
fueron otro grupo claramente diferenciado y que fueron grandes comerciantes,
que dieron el salto social de macehualtin
a pipiltin (sólo los grandes
mercaderes, comerciantes a distancia). Estos últimos contribuyeron a la
expansión azteca mediante auténticas conquistas o actuando como espías.
Finalmente estaban los guerreros-águila y los guerreros-jaguar, militares
especializados que surgieron debido a la importancia de la guerra como
mecanismo vital de los aztecas, realizando periódicamente las denominadas
guerras florales. Existió una clase que los historiadores confundieron con la
esclavitud, pero que según Silva Galdames, en realidad fue una especie de
semi-servidumbre en que los hombres morosos se sometían a la voluntad de sus
acreedores como medio de pago, y sólo era por un tiempo determinado. Los mayeques o siervos estaban adscritos a
la propiedad territorial.
Organización política
Hay que establecer la diferencia entre la
administración de la ciudad de Tenochtitlán y la de los territorios subyugados.
Existía un gobierno central formado por un consejo supremo, el tlatocan, constituido por los veinte
representantes de los calpullis que
había en 1519, los calpullec. Éstos
se ocupaban de las tareas administrativas y judiciales y eran los miembros más
destacados de sus entidades. El tlatoani,
orador o emperador era quien se encontraba a la cabeza de este Estado
centralizado, que poseía gran autoridad y que era el puente entre el pueblo
mexica y el mundo espiritual. Aunque el cargo no era hereditario, todos los
emperadores aztecas pertenecían al mismo linaje, conformando una sola dinastía
la que rigió en la civilización azteca. El encargado de los asuntos terrenales
y materias de Estado era el consejero, quien también comandaba los ejércitos.
Ahora bien, los españoles se referían al Estado azteca como un reino o imperio,
lo que en realidad no es correcto porque la Triple Alianza era una
confederación de ciudades siendo la más importante, Tenochtitlán. Las
provincias sometidas lo estaban en diversos grados, aprovisionando a la ciudad
de recursos como vestidos, alimentos, mantas, plumas, cautivos y oro; y al
momento de la llegada de Cortés, los aztecas estaban aún en proceso de
expansión, aguijoneados por las necesidades de abastecimiento y por el aumento
demográfico.
El tributo fue el ingreso más importante
para el Estado pues las provincias incorporadas al imperio estaban obligadas a
pagarlo. Algunas mantenían su organización interna y sus señores tradicionales
anteriores a la conquista azteca, mientras que otras fueron totalmente
reorganizadas. La guerra, como se ha visto, tuvo un papel preponderante en el
fundamento económico y en el ámbito religioso, pues proporcionaba botín,
sustanciosos tributos y cautivos, los cuales eran destinados al sacrificio
alimentario al sol en el Templo Mayor, aparte de un recurso para la promoción
social pues aquel militar que más individuos capturase, mayor prestigio se
granjearía como guerrero. Pero a comienzos del siglo XVI el imperio estaba muy
extendido y las guerras florales comenzaron a hacerse más frecuentes y crueles,
siendo dirigidas contra Cholula, Tlaxcala y Huexotzinco.